La construcción del socialismo debe comenzar por definir quienes son nuestros enemigos, quienes son nuestros amigos y sobre todo, quienes podemos ser nosotros de acuerdo a estas circunstancias históricas que el proceso bolivariano pone hoy en nuestras manos. Nuestros enemigos irreconciliables son la burguesía capitalista sus lacayos y todos aquellos que se dejan seducir por este sistema.